Casa Kilo mantiene el sabor tradicional de su fundación con cuatro espacios bien diferenciados, además de las dos terrazas que dan la bienvenida a los visitantes a la puerta y enfrente del edificio principal, ideales para tomar el aperitivo o una copa al atardecer.

La entrada por el bar se presta a que los clientes del pueblo y los visitantes tomen una botella de sidra, entablen conversación entre ellos o incluso puedan comer a su gusto en una zona con más bullicio.
El entorno es sencillo, ambientado con fotos de amigos, algún famoso que disfrutó de nuestra gastronomía y detalles sportinguistas.
Las mesas se prestan para que, una vez terminado el servicio, la sobremesa continúe con una entretenida partida a las cartas o viendo el fútbol como en cualquier chigre asturiano de toda la vida.

El comedor original es discreto y acogedor con cuadros marineros que reflejan la majestuosidad del Cantábrico.

La joya de la corona se encuentra en la parte posterior de la casa y se inauguró a principios del siglo XXI.
Es una luminosa galería acristalada, decorada con motivos asturianos y un pozo de agua.
La instalación está climatizada y acondicionada para abrirse por dos laterales. La panorámica es una maravilla en todas las estaciones.

La terraza trasera, situada en plena naturaleza, es un placer para los sentidos en jornadas de buen tiempo.
Las vistas alcanzan la Sierra del Sueve e incluso los Picos de Europa si el cielo está despejado de nubes.