El tiempo pasa y lo bueno permanece en este restaurante.
En estos tiempos efímeros y precarios donde bastantes proyectos hosteleros abren, tratan de permanecer y terminan yéndose con una brevedad penosa y no siempre justificada.
Un ejemplo son los restaurantes del tipo Casa Kilo, atestiguan que hay referencias firmes, sólidas, perdurables, capaces de adaptarse al cambio de los tiempos sin perder su razón de ser.
Si pide aquí una chopa, un rey, un besugo u otra presa del anzuelo en horno y sidra, no se sorprenda al ver que llevan una guarnición de macarrones, la pasta asturiana por excelencia; así lo decidió doña Maruja, y así lo mantiene Pili.
Un pisto con pulpín, un milhojas de pimiento, calabacín y berenjena, unos callos, una carne guisada, un cachopo jugoso y clásico, el pote del día y el marisco de la temporada son las enseñas de esta casa comidas.